Si deseas aprender el arte del Ikebana, primero debes saber como cultivar bulbos de gladiolos para realizar hermosos ramos.
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Los amantes de las flores están dispersos en todos los países del mundo.
Pero es muy posible que no exista otro país que sus habitantes sean tan sensibles a su belleza, como Japón.
Un gran número de sus festividades se celebran teniendo como motivo principal alguna de sus diversas flores.
Así de grande es su afición por las flores, que el emperador es un botánico eminente.
Y los jardines de su palacio se puede comparar con una sinfonía de colores, debido a la gran variedad de flores que en él se atesoran.
No solo se dedican desde hace tiempo a cultivar bulbos de gladiolos, sino de muchas más flores.
Por ello no resulta sorprendente el hecho, que allí naciera el arte de arreglar y componer las flores cortadas.
Este arte que se conoce como Ikebana, surgió hace unos mil doscientos (1200) años.
Según la historia, los sacerdotes budistas recogían las flores que caían al suelo por causa de las tormentas.
Ellos las acomodaban y las colocaban en un vaso de oro, con el fin de adornar el altar de Buda.
Y cierto día, a un sacerdote del templo llamado Rokkakudo, en Kioto, pensó en disponer las flores de otra manera.
Él quería que las flores expresaran simbólicamente un pensamiento filosófico.
De esta forma nació la primera escuela de Ikebana del mundo.
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Como cultivar bulbos de gladiolos
Estos sacerdotes que se dedicaron primero a cultivar bulbos de gladiolos.
Sin pensarlo crearon uno de los artes más bellos del mundo, con la decoración del palacio imperial.
Más tarde se dedicaron a decorar los palacios de los nobles del país, y finalmente se extendió a toda la sociedad nipona.
De esta escuela nacieron varias, que en la actualidad se dividen en dos tipos
Moribana
Esta escuela ordena las flores en platos de porcelana.
Nagure
Esta escuela dispone las flores como si nacieran del vaso.
Para ambas la regla común es situar las flores de tal manera que se puedan apreciar los tres planos que representan: el cielo, el hombre, y la tierra.
La flor de los gladiolos es una de las más utilizadas en el arte del Ikebana.
Por la forma de su estilizada y elegante figura, y sus hojas lanceoladas, y su flor perfecta, es ideal para crear estos arreglos.
Da igual si se pone para adornar un plato de cerámica, como para estructurar el triángulo floral, que es una de las composiciones preferidas del arte nipón.
Aunque esta planta es una de las preferidas de Japón, su origen es africano.
El tallo del gladiolo es subterráneo, corto y en forma de bulbo, por ello muchas personas prefieren cultivar bulbos de gladiolos que otras plantas.
Tiene hojas largas, comprimidas y puntiagudas que parecen una espada corta.
Y de aquí precisamente proviene su nombre, ya que en latín, «gladiolus» era la espada que empleaban los gladiadores en sus combates.
En cuanto a las flores
En cuanto a sus flores, son grandes, tubulares y realmente espectaculares.
Estas se presentan agrupadas en forma de espiga, y los genetistas han logrado crear una gran variedad de hermosos colores.
Lo que hacen de esta flor una especie realmente sublime, hermosa, y por demás extraordinaria.
Cada una está constituida por seis segmentos o piezas, donde las superiores forman un capacete protector sobre la inferiores.
Las tres inferiores se abren primero, porque esta planta florece escalonadamente.
Por ello son muy apropiadas para decorar en un jarrón de la casa, porque además de esto se conservan más de diez días sin marchitarse.
Cultivo y cuidado de los gladiolos
El otoño es la época ideal del año para plantar bulbos, ya que estos florecerán cuando llegue la primavera.
Pero para tener éxito en el cultivo de los gladiolos, se debe preparar adecuadamente el suelo.
Debido a que el drenaje es sumamente importante para esta planta.
Por ejemplo, si el suelo es muy arcilloso, se le puede agregar turba o compost, para mejorar sus condiciones.
Para ello se debe colocar en los primeros 45 centímetros aproximadamente del suelo.
Se debe cavar y ablandar la tierra, hasta alcanzar la profundidad necesaria.
Luego se colocan los bulbos en el hollo, ejerciendo un poco de presión, para proceder a cubrirlos con la misma tierra.
Debe tener en cuenta, la cantidad de luz que necesita su gladiolo.
Si usted orienta los bulbos hacia el sur, estos florecerán antes que los que plante con orientación norte.
Cuando los bulbos se plantan en una colina, estos florecen antes que los que se plantan en una zona llana.
Esto es porque el aire es más frío y pesado, y actúa como el agua.
Este fluye por la colina, y se estanca en las zonas bajas.
Los bulbos de los gladiolos necesitan fósforo para favorecer el dearrollo de su raíz.
Usted puede mezclar harina de huesos o superfosfato con la tierra.
Si el gladiolo va ser plantado en maceta, se recomienda colocarle más fertilizante.
Esta se mide desde la parte inferior del bulbo.
En cuanto al riego
Luego de sembrar los bulbos, debe regarlos inmediatamente.
El agua permite que se asiente la tierra, y le da la humedad necesaria para que crezca la raíz.
Pero no riegue demasiado, porque el agua puede podrir los bulbos, y acabar con todo.
Durante la etapa de brote, floración y desarrollo del follaje, se debe regar una pulgada de agua por semana aproximadamente.
Cuando florezca la planta, procure regar con mucho cuidado, poniendo su mano entre la regadera y el gladiolo, para que el agua no lastime las flores.
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Dios te bendiga.
