Seguimos con las clematis, plantas enredaderas de gran color y olor que hará que tus jardines se vean hermosísimos. Y ahora le toca el turno a la clematis flammula, también perteneciente a la familia de las ranunculáceas y que en términos de lazos familiares podría decirse que es la hermana pequeña de la familia.
Esta planta tan peculiar, suele tener un sinfín de nombres comunes en el idioma castellano, entre los cuales se pueden destacar azahar bravo, bigarrilla, birgazas, clemátide, clemátide flámula, cola de ardilla, entre otros.
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Descripción de la clematis flammula.
Esta planta es perenne y al igual que sus familiares cercanos, clematis terniflora, clematis avalanche y clematis cirrhosa, es trepadora, que utiliza sus hojas para subir por los arbustos a medida que enrosca sus peciolulos. Mediante este proceso puede llegar a medir hasta los 5 metros de altura, aunque generalmente no alcanza este tamaño, sino que es más pequeña.
Se caracteriza por ser semileñosa y por mantener sus hojas durante todo el año, aunque en los lugares que son muy fríos y la estación es muy larga podrían quedar desnudas sin que esto signifique que la planta ha muerto.
Sus hojas son bipinnatisectas, lo que significa que están divididas en dos partes o en dos órdenes de foliolos. Estos últimos son estrechos, aunque pueden variar según una planta y otra, haciendo que los ejemplares sean variables gracias a esta particularidad.
Las flores, por otro lado, generalmente son blancas de aproximadamente 3 centímetros de diámetro, abriéndose en verano para aprovechar el calor cuando se agrupan en cimas, pero cerrándose en la temporada de invierno. Su aroma te sorprenderá, no solo por su exquisitez, sino por ser muy fuerte y capaz de impregnarse en el aire de tu jardín.
Cuando las flores de la clematis flammula está abierta suele constar de 4 tépalos que se disponen en forma de cruz, de color blanco; en la parte interior también es blanco con un poco de verde siendo pilosos por la parte exterior. Por fuera poseen un fascículo con muchos estambres, donde se divisan los frutos en la estación del otoño.
Distribución y hábitat de la clematis flammula.
Esta planta es más común de las regiones templadas, por lo que se encuentran distribuidas especialmente por toda la Cuenca Mediterránea, las Azores y Asia Occidental. También están en la Península Ibérica, especialmente en las regiones del sur y del este.
Suele vivir enredándose en matorrales, encinares aclarados y a los márgenes de los cultivos prefiriendo siempre los lugares que sean abiertos y soleados, que no sean demasiado altos y que no estén muy alejados de la influencia marina.
Usos que se le da a la clematis flammula.
Tiene una variante llamada clematis flammula marítima que puede adaptarse a las zonas de dunas, donde se utiliza con la finalidad de estabilizas los suelos muy sueltos con fuerte erosión, características de las zonas de playas marítimas.
Existe una gran cantidad de personas que están usando esta planta como ornamental, logrando una decoración sencilla pero muy hermosa en sus jardines, aunque no te confíes de la clematis flammula, tiene un lado oscuro; y es que cuando frotas tu piel con sus hojas puedes generar un fuerte ardor en la zona e incluso algún salpullido. Debido a esta propiedad es que también se ha ganado el nombre popular de gata rabiosa o hierba muermera.
Pero aunque parezca una debilidad que te haga no inclinarte por el cultivo de esta planta, debes saber que la clematis flammula por su irritabilidad es utilizada en algunos casos médicos como rubefacientes, vesicantes e irritantes.
Aprende como sacar los despejes de la clematis flammula para plantar una nueva.
Propiedades de jardinería de la clematis flammula.
Esta planta ha ganado mucho auge gracias a que crece rápidamente y puede ser usada como un maravilloso elemento decorativo para tapar alguna pared o taludes que le haga falta un poco de color.
Además de esto es bastante resistente al frio y al sol, pudiendo soportar temperaturas que varíen entre -12,2 hasta 6,7° C. además de que en la época de verano resiste de buena manera el sol fuerte que le llega a las flores, aunque si se debe cuidar que este sol fuerte llegue directamente a la raíces, por lo que se puede sembrar alguna hiedra en la base de la planta.
Otra propiedad que tiene es que se adapta fácilmente a cualquier tipo de sustrato que tengas en tu jardín, sea por abono creado a partir de restos orgánicos, como abono de excremento o en algunos casos fertilizante comercial con vitaminas.