¿Quién no conoce a la lavanda? Una maravillosa planta con múltiples usos, medicinales, cosmetológicos, para la belleza de la piel y el cabello, además de tener un delicioso y suave aroma que puede llegar a enloquecer a cualquiera.
Si aún no conoces todo lo que deberías saber sobre la lavanda, te invito a seguir leyendo para descubrir juntos todo lo necesario e indispensable sobre esta increíble prodigio de la naturaleza, desde su nombre científico hasta sus múltiples usos en el cuidado y preservación de la salud y el cuerpo.
Tiene una amplia distribución en la parte oriental del mundo cubriendo desde la región macaronésica, pasando por la cuenca mediterránea y de una manera un poco más dispersa por la mitad del Norte de África. También se encuentra en la Península Arábiga, el Sur de Asia hasta llegar a la India.
Desde hace muchos años se han introducido varias especies de esta flor, siendo tanto híbridos como cultivares en muchos países del mundo, con la finalidad de tener un cultivo intensivo que está destinado principalmente a la destilación.
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Nombre científico de la lavanda.
Lo primero que hay que conocer es que la lavanda pertenece a un género de planta perteneciente a la familia de las lamiáceas. Dicha familia contiene en su haber alrededor de 60 especies y taxones infra-específicos que son realmente aceptados de los más de 200 ejemplares que se han descrito.
Hacer una atribución especifica hacia la lavanda, puede llegar a resultar un tanto difícil, debido a que existe una frecuente hibridación entre las plantas, así como la existencia de muchos cultivos que se destinan para un uso ornamental o industrial. Sin embargo, todos los ejemplares cuentan con la nomenclatura básica del nombre científico de lavándula.
Al igual que las ageratum, la lavanda fue descrita por primera vez por el científico, naturalista, botánico y zoólogo sueco Carlos Linneo, quien publico sus escritos por primera vez en 1753 bajo el nombre de Species Plantarum. Posteriormente hizo una descripción más amplia y pormenorizada de esta especie en su libro Genera Plantarum, en el año 1754.
El origen de su nombre proviene de las palabras en latín “lavándula” y “lavandaria”, que tienen un significado de lavar, limpiar o bañarse; esto haciendo alusión del frecuente uso de infusiones de esta planta, desde tiempos muy antiguos, destinadas a perfumar el lavado.
Aunque hay quienes creen que este nombre podría tener una explicación o interpretación errónea, pues podría derivar también de la palabra latina līvěo, -ēre, que significa azulado, lívido o envidioso.
Características de la lavanda.
Estas se identifican por ser plantas sufrictosas, es decir arbustos, tienen la tendencia a ser perennes con los tallos de sección cuadrangular siendo muy foliosos en la parte inferior, en la base. Sus hojas varían entre estrechamente lanceoladas a anchamente elípticas, enteras, dentadas o en ocasiones están varias veces divididas. Tienen pequeños vellos simples y ramificados.
La inflorescencia de la lavanda se denomina espiciforme, es decir, que tiene forma de espiga y está formada por verticilastros, que es la tendencia de las hojas a crecer a partir de los nudos y entrenudos que se encuentran en los nudos. Estos se encuentran más o menos próximos unos con otros, teniendo frecuentemente largos escapos.
Las brácteas son diferentes a las hojas, pues frecuentemente son coloreadas, siendo las superiores muy diferentes o sobresaliente de las demás, pues hacen una forma de penacho o corona.
Por su parte, el cáliz posee 5 dientes que tienen forma de pequeños triángulos, el que está en la parte superior generalmente tiene un acabado en un apéndice con forma más o menos elíptico, semejando un pequeño opérculo que se encarga de cerrar la garganta del cáliz.
La corola es bilabiada, es decir, está dividida en dos partes presentando un color lavanda, lila, azul o violeta; aunque es muy raro también se pueden encontrar en color blanco. El labio superior está dividido en dos lóbulos, mientras que el labio inferior tiene tres lóbulos, pero todos son de un tamaño parecido.
La lavanda también presenta 4 estambres que se caracterizan por ser didinamos, lo que significa que surgen de dos pares y no tienen el mismo largo. Por lo general los superiores son más cortos y no llegan a sobresalir del tubo teniendo un estilo capitado.
El fruto de la lavanda es tetra-núcula, que quiere decir que tiene forma de nuez pequeña en grupos de 4 a la vez. Cada agrupación tiene una elipsoidal y se caracterizan por ser de color castaño, un color muy diferente al color de la flor que es lo contrario que pasa con otras plantas como las hibiscus sabdariffa, cuyo fruto es rojo como las flores.
Lavanda silvestre.
Esta es la variedad más antigua y la primera en usarse para diferentes tipos de procesos. Especialmente para perfumar y aromatizar baños, a los que se les agregaban las hojas de lavanda además de las flores. Se le conoce científicamente como lavándula officinalis chaix.
Se caracteriza por ser un arbusto perenne que llega a medir 1,5 metros de altura con unos tallos leñosos cortos que a su vez tiene una alta presencia de pilosidad de color grisácea.
Las flores, que tienen formación de espiga, suelen formar grupos de entre 6 y 10 brácteas, resultando pegajosas cuando se les toca debido a la cantidad de aceite esencial que las impregna. La esencia silvestre suele ser un poco más fuerte que otras variedades, con un aroma similar al alcanfor.
Generalmente suele usarse para lograr una hibridación, especialmente con la lavanda angustifolia, que sea más fuerte y con cualidades que resultan en un mejor aprovechamiento del aceite esencial que producen.
Cultivo de la lavanda.
Esta planta se caracteriza por tener un cultivo y cuidado muy particular, pues es muy resistente y se puede adaptar sin mayor problema a cualquier tipo de ambiente, suelo y condiciones ambientales. Sin embargo si quieres que crezca lo más saludable posible, brindándote las mejores flores y aromas hay cosas que debes conocer.
Además de esto, la lavanda prefiere ser cultivada en un suelo calcáreo, que sea pobre, suelto, profundo y por sobre todo que cuente con un buen drenaje para que la humedad no se concentre mucho, a diferencia de las petunias y las clematis que prefieren un suelo arcilloso que conserve la humedad.
Semillas de la lavanda.
Al momento de sembrar tu planta también debes asegurarte que sea un ambiente aireado, no importando si la lavanda en maceta o directamente sobre el suelo del jardín.
Las semillas deben ser sembradas en otoño, en caso de encontrarte en un país donde el clima sea suave, pero si estas en un área más fría es mejor esperar hasta principios de la primavera para colocar las semillas.
Floración de la lavanda.
Este proceso suele llevarse a cabo más o menos a mediados y finales de julio, que es cuando se cosechan las flores. Las que son recogidas en tempranas horas de la mañana poseen mucho más aceite y son más aromáticas que en cualquier otra hora del día.
Cuando se encuentra en estado natural, la lavanda crece generalmente en terrenos secos, pedregosos y con mucha luz solar, por lo que resulta conveniente un espacio donde hay suficiente sol como el lugar donde la sembraras.
Lavanda por esquejes.
Otra forma muy útil de sembrar tus flores es usando los esquejes, para lo cual debes usar los tallos de la lavanda que deben medir un mínimo de 10 centímetros para que las raíces puedan crecer correctamente.
Al utilizar este método y quieres colocar los esquejes en macetas, lo primero que debes hacer es colocar piedras en el fondo del envase para así lograr un buen sistema de drenaje, luego se procede a rellenar toda la maceta con el sustrato para las plantas y por ultimo sembrar los esquejes.
Luego de que hayas terminado, ubica la maceta en un sitio donde el sol sea abundante y riega cada cierto tiempo para que las pequeñas plantitas puedan arraigarse y crecer.
Si aun tienes dudas sobre si debes plantar una lavanda no te pierdas este vídeo donde se explican las razones para tener una en tu huerto.
Cuidados y poda de la lavanda.
A pesar de que es muy resistente y se puede adaptar sin problema alguno a diferentes ambientes, es bueno tener ciertas medidas y condiciones que ayuden a tu lavanda a crecer mejor y puedas aprovecharlas mucho más, tanto usándolas para hacer infusiones como para recolectar su aceite.
Si bien la lavanda es un ejemplar de ambiente cálido, se puede llegar a sembrar en temperaturas que oscilen entre los 10 y 15º C. Si quieres que la planta se arraigue correctamente puedes pinchar todas las flores durante su primer año; dándole las condiciones de vida que merece puede llegar a vivir hasta 10 años.
Ubicación.
Cuando quieras sembrar la lavanda es indispensable que escojas un lugar adecuado que tenga suficiente luz solar de manera directa y una buena circulación del aire, para así proporcionar un sitio excelente para su crecimiento. De seguro la pregunta que más te harás es si la planta de lavanda es de sol o sombra, pues aquí está la respuesta.
En zonas que sean muy secas o con temperaturas elevadas, es mejor que en las tardes la lavanda se encuentre en un espacio con semisombra, que esta protegida del sol directo pero aun reciba luz.
Es mejor no sembrar esta planta en sitios donde hayan arboles muy grandes o frondosos, pues estos le pueden robar la luz solar que tanto necesita y afecta negativamente su crecimiento.
La lavanda es capaz de soportar las lluvias abundantes, siempre y cuando el suelo tenga el suficiente drenaje y sea lo suficientemente poroso para que se pueda secar rápidamente, también por esto es que es mejor que haya una buena circulación de aire entre las plantas que ayude a que el agua se seque.
Por lo general al momento de sembrarla, se forman pequeños grupos de tres ejemplares que formaran a la vez un triángulo, dejando un espacio de al menos medio metro entre ellas para evitar el hacinamiento de las mismas.
Ahora si lo que quieres es usar la lavanda como seto, para cubrir algún borde de un camino debes plantarlas dejando 30 centímetros entre cada una para que la formación se vea tupida pero sin que estén amontonadas y pueda haber suficiente aire entre ellas.
Suelo y sustrato.
No importa si vives en un ambiente cálido y seco o en una región que se encuentra en la costa y es más fría, la lavanda siempre requiere prácticamente los mismos cuidados para crecer sana y fuerte, entre los que destacan el suelo adecuado y suficiente luz solar. Este ejemplar necesita recibir los rayos solares un mínimo de 6 horas diarias.
Requiere de un sustrato que sea alcalino, es decir, con un pH elevado, pero que tenga un buen drenaje. En caso de encontrarte con un sustrato muy acido, puedes optar por agregar una sustancia alcalina que ayude a elevar el pH; podrías usar cal en la siguiente proporción, un puñado de cal por metro cuadrado. Debes agregarla a inicio de la primavera.
Si quieres asegurarte de que tu suelo tenga un buen drenaje puedes mezclar en partes iguales tierra y arena de rio. Debes estar seguro que el agua no se quede estancada pues la lavanda no soporta la humedad, sobre todo si es invierno pues con el frio esta se congelaría y se dañarían sus raíces.
El riego.
Una de las cualidades más importante de la lavanda es que no necesita de demasiada agua para sobrevivir, pues puede soportar fácilmente las sequias al igual que en el caso de las orquídeas.
El momento más importante del riego de estas flores viene cuando se han plantado por esquejes, pues necesitan suficiente líquido para poder arraigarse lo más pronto posible a la tierra.
Luego de este momento inicial será suficiente con dejar que las plantas se refresquen con el agua de la lluvia, aplicando el riego solo cuando se trate de una temporada o estación muy seca o si en el sitio donde vivas no llueva frecuentemente. En este caso, será necesario aplicar un riego moderado con un intervalo de aproximadamente un mes durante la temporada de crecimiento.
Si la planta se encuentra sembrada en una maceta, lo ideal es que el intervalo de tiempo para el riego de la lavanda no será tan alargado, haciéndolo aproximadamente una vez a la semana.
Abono.
Este ejemplar no necesita un constante abonado externo, aunque nunca esta demás agregar algunos nutrientes que harán más favorecedora la floración. Por ejemplo, puedes poner un poco de potasa alrededor de la basa de las plantas para animar la floración y tener una mejor calidad en el color de las flores.
A pesar de ser muy efectivos en otras plantas, con la lavanda debes evitar los abonos orgánicos, que están hechos con estiércol o piensos con alta concentración de nitrógeno, pues estos componentes hacen que tu planta crezca débil y con los tallos abiertos.
Paradójicamente, un suelo que este poco abonado hace que la concentración de aceites esenciales de la planta sea mayor y el aroma de lavanda sea más intenso. Por esta razón, solo se aconseja usar fertilizante en caso de que tu ejemplar este en una maceta o una tierra de pésima calidad, además de esto debes bajar la potencia del fertilizante a 1/3 de lo recomendado por el fabricante.
La poda.
Es importante que la lavanda tenga una poda continua para que pueda tener una buena producción. Es necesario que se quiten las malas hierbas en tres oportunidades del año una vez cuando la primavera este comenzando, la siguiente después de la cosecha y otra en invierno.
Estas podas cobraran mayor importancia en caso de que estés usando el arbusto de lavanda como decoración de un camino, por lo que deberás mantener la forma y la cantidad de hierba a un nivel adecuado.
Pero además de estas podas, también se debe hacer una cosecha de las flores, la cual tiene lugar a partir del segundo año de floración, es decir, luego de haber sembrado la lavanda por primera vez, se deben esperar dos años para recolectar las flores. Dicho proceso se debe hacer durante los meses de junio y septiembre y no debe confundirse con una poda más, pues esta última se limita es a mantener la forma y el tamaño deseado.
La flor de la lavanda se debe cortar durante los días secos y dejarla secar a la sombra y guardarla en recipientes que sean herméticos y este resguardado de la luz del sol, así se conservara el aroma de lavanda.
Como parte del cuidado de tu planta también debes eliminar las flores marchitas, con lo cual evitaras la aparición de hongos y enfermedades a la vez que favoreces la aparición de una nueva tanda de flores igual de hermosas que las primeras.
Luego de cortar la lavanda puedes guardar los tallos que hayan quedado para multiplicar tu planta por medio de esquejes y tener muchos más ejemplares. Además puedes dejar la lavanda preservada en bolsas pequeñas que después puedes aprovechar para colocarla en cualquier espacio cerrado como cajones y armarios.
Plagas y enfermedades.
Como ya debes saber, la lavanda como todas las plantas pueden llegar a ser susceptibles al contagio de enfermedades o al ataque de plagas, que la mayoría de veces las principales causas de su aparición se podrían haber evitado con una condición de cuidado más ajustada o el chequeo constante de la salud de tu planta.
Siempre es mejor prevenir que lamentar y brindarle a tus bellas flores todas las condiciones necesarias así como periódicos abonos para que te regalen toda su belleza y esplendor.
Las principales plagas que pueden atacar a la lavanda son el meligetes, que es un escarabajo que se come las flores; la Sophronia humerella, una mariposa que pone sus larvas en los tallos y sus larvas se los comen.
La cecidomia es la plaga más importante que puede atacar a la lavanda, su responsable es una mosca cuyas larvas son las causantes de las podredumbres de ramas y tallos que penetran en ellos y terminan con la muerte de la planta.
La cuscuta es una plaga formada por una planta parasita que se alimenta de la savia de la planta, dejándola sin vida.
Lo ideal para combatir estas plagas es usar insecticidas específicos para cada problema y además puedes crear un repelente a base de ajo que protegerá tu planta contra los insectos que se quieran acercar a ella.
Por otro lado, las enfermedades más comunes de la lavanda son la Phoma, un hongo que causa muchos estragos. La armilaria mellega es también un hongo que causa que las raíces se pudran poco a poco pues le roba a la lavanda el agua y sus nutrientes.
El moho gris es el responsable por la podredumbre de las flores, causada básicamente cuando la planta se encuentra en un ambiente con mucha humedad, para resolver este problema solo debes dejar de secar la lavanda al sol y si se encuentra en una maceta ubicarla en un espacio donde haya más luz solar y suficiente aire.
Reproducción de la lavanda.
La siembra no es complicada y lo mejor es que puedes tener la lavanda en jardín o tenerla también en macetas para que sean lavanda de interior, pues ella se adapta fácilmente a cualquier ambiente. Para poder tenerla lee estos consejos.
Lo primero que debes hacer es ubicar un espacio donde las condiciones de sol sean adecuadas según los requerimientos de la planta y el clima del sitio donde estas. Además debes tomar en cuenta el espacio que le brindaras pensando en el tamaño de la lavanda cuando este adulta, pues un espacio muy pequeño hará que sus raíces se atrofien.
Ya sea en maceta o en jardín debes cavar un agujero que sea lo suficientemente profundo para poder añadir una capa de harina de huesos previamente mezclada con el sustrato adecuado, que deberá tener un pH de alrededor de 7 y que sea poroso. Esta textura la logras mezclando tierra con arena de rio.
Ahora que tienes todo los elementos secos integrados correctamente, cubre el agujero con agua hasta la parte superior y espera que la misma se escurra completamente. Luego debes colocar la semilla, esqueje o si has adquirido ya una planta crecida en un vivero en la maceta o agujero en el jardín.
En caso de que tengas una planta ya crecida debes ponerla a una profundidad tal que sobresalga a la misma altura que tenía en la maceta anterior.
Ahora debes cubrir el agujero con sustrato, que no tenga harina de huesos, y presiona ligeramente para que la tierra se asiente correctamente. Si la tierra esta seca debes regar el suelo alrededor de la lavanda.
Lo único que debes hacer es controlar la planta durante las primeras semanas para ver si ha florecido o crecido, regando solo si el clima es seco.
Por semillas o esquejes, aprende a cultivar la lavanda.
La lavanda en maceta.
Para que tu lavanda se sienta lo suficientemente cómoda en una maceta, debes seguir estos útiles consejos que te ayudaran mucho.
Primero, la maceta que escojas debe ser grande de alrededor de 30 a 40 centímetros de diámetros para que la planta cuente con suficiente espacio para crecer sus raíces. Esta también debe tener agujeros grandes en la parte inferior para que el agua se escurra mejor y no quede estancada.
Puedes colocar grava gruesa o piedras de rio en la parte inferior de la maceta, antes de colocar la tierra para así lograr que el agua se drene más fácilmente. De igual manera, debes escoger un recipiente que este hecho de barro o de terracota, pues el material poroso ayudara a que el agua no se quede por mucho tiempo.
Las variedades de lavanda que son bajas son las más recomendables para plantarlas en macetas. Debes tener cuidado con la especie Stoechas, pues sus raíces son fibrosas y rigorosas, ameritando ser trasplantadas una vez al año.
Si quieres tener tu lavanda en macetas, aprende como sembrarla correctamente.
Variedades de lavanda.
Existen muchos tipos y variedades de lavanda, siendo la mayoría producto de diferentes cruces entre las primeras especies que crecieron de manera silvestre y natural. Entre las más populares y además más reconocidas a nivel mundial por ser explotadas comercialmente se encuentran:
Lavándula angustifolia o lavanda enana.
Esta es una especie sufrútice, que puede llegar a medir sin ningún problema más de un metro de altura. Se caracteriza por tener tallos cuadrados, pelosos y en muchas ocasiones con ángulos redondeados. Sus hojas miden entre 2 a 6 centímetros de largo por 2 a 5 milímetros de ancho, con una forma ligeramente lanceolada, agudos, enteros y verdes teniendo un nervio central que sobresale por la parte trasera.
Sus flores puede llegar a medir hasta 9 centímetros siendo largamente pedunculadas, conformadas por 5 verticilos muy próximos entre sí, aunque bastante distante con los que están en la parte inferior.
Estas flores tiene el cáliz pentafido y muy piloso que mide unos 5 milímetros aproximadamente, teniendo un tubo surcado por 13 dientes. Su corola mide entre 10 y 12 milímetros con lóbulos de color purpura o azulado.
De esta especie se puede aprovechar grandemente el aceite esencial que produce en grandes cantidades, así como sus flores que se recolectan y se dejan secar para preservar por más tiempo la esencia de lavanda y usarla como un gran ambientador.
Tiene otros nombres por los que se le conoce normalmente, entre los que destacan espliego, espliego, alfazema y alhucema, entre muchos otros más.
Lavándula stoechas o lavanda española.
Se le conoce también como Alhucema, astecados, azaya, aztecados, cantagüeso, cantahueso, entre otros muchos nombres.
Esta, a diferencia de su familiar anterior forma una mata muy ramificada que puede llegar a alcanzar hasta un metro de altura. Sus tallos tienen colores que pueden variar entre el verde y el rojizo siendo un poco blanquecinos debido a la gran cantidada de vellos que tienen.
Las hojas presentan una tonalidad un poco grisácea, especialmente en la parte trasera de las mismas. Son tormentosas y nacen enfrentadas siendo largas pero estrechas con los bordes enteros.
Su floración es compacta con una sección cuadrangular. Las flores están apiñadas formando densas espigas que terminan en forma también cuadrangular y a su vez tiene en la terminación un conjunto de brácteas estériles con un color violeta o rojizo.
El cáliz es pequeño, siendo recorrido por 13 venas quedando escondido por la bráctea. La corola presenta un color morado intenso. Las flores de esta espacie de lavanda forma líneas verticales que recorren todo el conjunto de la inflorescencia.
Tiende a florecer durante la primavera o a principios de la estación de verano, a partir del mes de marzo, teniendo en cuenta el clima donde viva.
Sus flores son frecuentemente usadas para usar infusiones y aliviar ciertas afecciones de salud como afecciones del pecho y bronquios. Además se utiliza por sus propiedades antisépticas, digestivas, antiespasmódicas, cicatrizantes y antibacterianas. Es también muy utilizada en la aromaterapia ya sea para hacer infusiones o aprovecha su aceite.
Lavándula dentata.
También se le conoce por los nombres Alhucema inglesa, alhucema rizada, cantueso, cantueso dentado, cantueso rizado, espliego dentado o garlanda.
Esta especie es bastante más pequeña que sus familiares cercanos la Lavándula angustifolia y Lavándula stoechas. Es una planta perenne muy aromática con un estilo un poco más robusto que llega a medir entre 30 y 45 centímetros de altura.
Sus hojas son opuestas teniendo una forma entre oblonga y lanceolada con un margen dividido en dientes redondeados midiendo entre 1 a 4,7 milímetros de largo por 0,8 a 9,5 milímetros de ancho
Los verticilos están conformados por un total de entre 8 a 12 flores en forma de espigas un poco gruesas midiendo entre 2,5 a 5 centímetros de largo, con un color violeta-purpura bastante intenso. Su floración tiene lugar durante todo en año, siendo más visible durante los meses de mayo y junio.
Tiene un uso más ornamental decorativo, aunque también es cultivada con la intención de crear perfumes muy deliciosos.
Lavanda verde.
Recibe como nombre científico Lavándula viridis, siendo conocida popularmente como el cantueso verde o lavanda verde. Es también parte de la familia de la lavanda, a pesar de no tener las tonalidades características de sus parientes.
Sus matas son densamente pubescentes, teniendo vellos cortos y largos glandulares. Sus tallos miden hasta 75 centímetros y muy ramificados formando la hierba de lavanda.
Sus hojas son largas, llegando a medir entre 1 y 50 milímetros de largo por 1,5 a 7 milímetros de ancho con una forma lanceolada o espatlada. Son enteras, revolutas y con unas glándulas sentadas un tanto abundantes por la parte trasera.
Sus flores llegan a medir entre 20 a 5 milímetros son densas y largamente pediculadas de color verde con 2 o 4 brácteas apicales estériles.
Es una planta que generalmente tiene un crecimiento bastante lento durante su primer año de vida, llegando a medir solo entre 15 y 20 centímetros de alto. Sin embargo, al igual que a sus familiares les gusta los suelos drenados y la luz del sol.
Esta especie es usada mayormente por sus cualidades tónicas, teniendo grandes propiedades estimulantes, antiespasmódicas, carnitativas y sedantes. Se usa mayormente para tratar dolores de cabeza, insomnio y espasmos musculares.
No te confundas con las diferentes variedades de lavanda, aprende a diferenciarlas y cuidarlas.
Lavanda bonsái.
Debido a la formación en grupos que suelen hacer las ramas delos arbustos de la lavanda, con ayuda de una poda selectiva y un alambrado no muy fuerte es posible que esta planta se convierta en un bonsái.
Lo más importante que debes tener en cuenta, es mantener una limpieza continua tanto de las ramas superiores como de las raíces, para que de esta forma tu bonsái pueda adquirir la forma que quieres y transmita a tu casa mucha paz y tranquilidad.
Mira el siguiente vídeo y podrás aprender como hacer un bonsái de lavanda.
Propiedades de la lavanda.
Desde tiempos muy remotos, esta planta ha sido utilizada por sus múltiples propiedades. Una de las cualidades por la que más se busca a la lavanda es por su acción relajante, que no solo puede tomarse un té hecho con las flores, también puedes poner en un saquito algunas flores de lavanda seca debajo de las almohadas o sabanas, para que su olor te relaje y ayude a conciliar el sueño.
Además de esto también es muy eficaz para reducir algunos estados de ansiedad y nervios, así como para evitar mareos y fatigas durante algún viaje. En estos casos se hace una infusión que podría incluso hacerse combinando diferentes plantas como la tila o la amapola.
Usos de la lavanda.
Desde tiempos muy antiguos estas plantas se han cultivado con un doble propósito. A la vez de tener un uso ornamental que le aporta al espacio donde se encuentren un maravilloso color y aroma, se ha usado para la obtención de esencias naturales que sean aromatizantes y condimentarías.
Las variedades más utilizadas son en espliego, cuyo nombre científico es Lavándula angustifolia, Lavándula latifolia y los lavandines que son de origen hibrido. Se han usado también las especies llamadas Lavándula dentata, Lavándula stoechas y Lavándula pedunculada, aunque en mucho menor medida que las anteriores.
La lavanda ha sido conocida desde hace miles de años por su gran aroma y sus poderes relajantes de cuerpo, mente y espíritu, siendo los romanos los primeros en usarlas especialmente en las peticiones que le hacían a los dioses o en rituales mágicos.
En Egipto, esta planta también fue altamente utilizada, especialmente por sus propiedades cosméticas y combinados con productos como la miel para los procesos de embalsamiento de los faraones. Por su parte, los griegos usaban su aceite como un perfume para el cuerpo.
Cuando llego la Edad Media, la lavanda comenzó a ser cultivada y utilizada por los monjes por sus propiedades medicinales y curativas, además de ser usadas por reyes ingleses como el caso de Enrique VIII que demandaba que su ropa de cama y muebles fueran endulzados con el olor de la lavanda.
Mira este vídeo donde se explican los beneficios del té de lavanda.
La lavanda para la piel.
Este es uno de los principales usos que tiene la lavanda, de manera tanto casera como industrial, pues se usa en muchos productos cosméticos como pomadas que sirven para regenerar la piel además de enmascarar olores desagradables.
Usada en infusión, o una mezcla de su aceite esencial con otros aceite como el de romero o el de oliva, puede lograr maravillas en tu piel, dejándola además súper suave, perfumada y más brillante que nunca.
Para la caída del cabello es ideal hacer fricciones nocturnas en el cuero cabelludo con algunas gotas de aceite esencial. Así relajaras los folículos pilosos y aumentara el flujo de sangre ayudando a prevenir la alopecia.
En caso de enfermedades de la piel como psoriasis, picaduras, quemaduras, moretones heridas o cortes, se puede lavar la misma con el agua de lavanda resultante de la infusión, usando una cucharada de flores secas por cada vaso de agua. Esta misma infusión puede ser ingerida endulzada con miel para mejorar los síntomas de la gripe, el insomnio o los mareos en los viajes.
La lavanda para cocinar.
Después de conocer tantos beneficios que tiene esta maravillosa planta, de seguro te preguntaras si se puede usar para cocinar. Y sin duda alguna, la respuesta es un gran sí; la lavada tiene un gran uso en la gastronomía para preparar dulces o mermeladas, pero también está ganando mucho terreno en la elaboración de platos salados.
Para usarla en la cocina debes recolectar las flores de lavanda durante el verano, que es el tiempo de floración. Haz esto durante los días cálidos y a partir de la media mañana para que no tengan tanta humedad. Extiende las flores sobre papel periódico o cuélgala boca abajo en ramilletes, en un lugar seco y oscuro.
Haciendo esto, luego de dos semanas se obtiene la lavanda seca o en polvo. Ahora debes desgranar las flores y colocarlas en recipientes, si quieres que mantenga por más tiempo su aroma asegúrate de que estén sellados herméticamente.
La lavanda en polvo puede agregarse directamente a los aderezos de las ensaladas, además de usarse en guisos, risottos o en el aderezo de aves. Para darle un toque de otro mundo a la pasta cocida puedes agregar un chorrito de aceite de oliva y espolvorear con lavanda.
También puedes hacer vinagre de lavanda usando como base un vinagre cualquiera. Debes rebajar en ácido con un poco de agua para que su sabor y su olor no sea tan fuerte. Agrega las flores frescas y recién cortadas de lavanda y deja reposar durante al menos 2 semanas. Puedes dejar las flores dentro mientras se consume y así conservar su aroma.
Este vinagre lo puedes usar en ensaladas, para preparar verduras a la plancha o para comer con pescado.
Aprende con este video a secar la lavanda para usarla en la cocina y otros usos.
Lavanda como repelente.
Si te parece que estas flores despiden un aroma delicioso y penetrante, los mosquitos e insectos no piensan de la misma manera, por eso esta planta resulta perfecta si quieres alejar las molestas picadas de zancudos.
Hay muchas formas en que puedes usar la lavanda para ahuyentar mosquitos, ya sea aplicándolo directamente sobre la piel o usando algunos repelentes naturales.
En primer lugar puedes bañarte con un jabón neutro mezclado con algunas gotas de aceite esencial, usar una mezcla de este mismo aceite mezclado con aceite de almendras, de oliva o de aguacate y aplicártelo directamente sobre la piel.
Mezcla 25 gotas de aceite con ¼ de taza de vinagre o 40 gotas de aceite en 45 mililitros de agua destilada, con ayuda de un atomizador rocía cortinas y muebles para mantener los mosquitos lejos de tu casa.
Puedes también hacer pequeñas bolsitas con flores deshidratadas de lavanda y colocarlas en repisas, armarios, baúles o dormitorios; además de mantener alejados los insectos, toda la habitación se impregnara de un suave aroma. Estas pequeñas bolsas también las puedes mantener en los bolsillos de tus pantalones.
Puedes frotar directamente en la piel de las muñecas o detrás de las orejas una flor de lavanda fresca y ya los insectos no te molestaran.
Si en tu jardín tienes una plantación de lavandas, puedes estar segura de que los mosquitos u otros insectos molestos no se acercaran mucho a tu hogar, pues el aroma los mantendrá muy alejados.
Pero si crees que la lavanda sirve solo como repelente en los humanos te equivocas, con el siguiente vídeo aprenderás a hacer un repelente de contra la mosca blanca y la polilla que ayudara a tu huerto o demás plantas.
La lavanda como té.
Usada en infusión, esta planta puede ayudar a aliviar las jaquecas que han sido producidas por estrés o un agotamiento nervioso. Para mejorar tu estado anímico, puedes tomar 1 taza de té de flores de lavanda fresca tres veces al día.
La lavanda en infusión, también es excelente para aliviar el insomnio, con solo tomar una taza antes de acostarte luego de un largo día de trabajo, un efecto parecido al que tiene el té de manzanilla. Otra ventaja es que puede resultar apropiado tomarlo después de las comidas a manera de digestivo.
La lavanda en la aromaterapia.
Con un tratamiento de aromaterapia de lavanda podemos lograr grandes resultados a nuestra salud, entre los que más destacados están los tratamientos de la ansiedad, pues esta planta ayuda a la relajación o en casos de demencia aguda atenuando comportamientos agitados usando paños impregnados con su aceite.
La lavanda también es hipnótica, por lo que en la aromaterapia es frecuente usarla como un inductor del sueño, además de para aliviar la intensidad del dolor o el desagrado que se siente luego de alguna medicación terapéutica.
La lavanda como planta medicinal.
Esta planta cuenta con muchas propiedades medicinales, teniendo infinidad de usos. Se pueden enumerar sus efectos analgésicos, regenerador celular, sedante, un aliado eficaz para atenuar los síntomas del resfriado común y las gripes.
Una de los grandes efectos que tiene la lavanda, es cuando se usa como antiséptico. Usando su aceite sobre una quemadura reciente, puedes evitar la aparición de ampollas, así como ayudar a tu piel a regenerar los tejidos. En caso de contar con una herida puedes usarlo como un desinfectante de acción inmediata que además te podrá evitar consecuencias futuras.
También es muy usado como antiinflamatorio, especialmente en casos de reuma o artritis pues la lavanda puede ayudar a relajar los músculos y aliviar el dolor.
Pero a pesar de todos los usos medicinales con los que pueda contar la lavanda, es muy importante contar siempre con productos de alta calidad y si es una marca comercial, siempre seguir las indicaciones que dice en las instrucciones de uso, pues los medicamentos pueden actuar diferentes antes distintas personas y dolencias. De igual manera, siempre es importante aplicar remedios caseros bajo la supervisión médica.
Posologías.
Dependiendo del fin que quieras lograr, puedes usar la lavanda de diferentes formas y recetas. Por ejemplo, si quieres calmar la ansiedad, debes preparar una infusión durante 10 minutos con una cucharada de flores frescas por cada taza de agua; este té lo puedes tomar 2 veces al día entre comidas.
Si luego de un largo día de trabajo, tus pies te están matando, basta con agregar unas pocas gotas de aceite de lavanda en un recipiente con agua caliente. Esto ayudara a que tus pies se relajen y se disminuya el dolor.
Tanto para los dolores lumbares como los dolores reumáticos, es ideal combinar el aceite de lavanda con aceite de romero y oliva respectivamente, dejarlo reposar algunas horas y luego hacer masajes en la zona afectada.
Hacer aceite de lavanda.
La cantidad de aceite esencial que se puede obtener de la lavanda, difiere grandemente según la especie de la planta, así como también según la estación del año y el método que se utilice en el proceso.
Lo primero que necesitas para poder preparar tu propio aceite de lavanda es flores frescas, incluso si las mismas están un poco estropeadas o no han florecido del todo también las puedes utilizar.
Coloca las flores en una taza o un recipiente lo suficientemente grande y déjalas al sol durante algunas horas para que se sequen. Es importante que el clima o el espacio donde ubiques la lavanda reciba de manera directa la luz del sol pero que sin embargo no haga calor o la temperatura este demasiado elevada.
Para continuar con nuestra preparación, vamos a necesitar aceite de almendras, que puedes hacer tu mismo o comprar en cualquier farmacia o tienda cosmética. En caso de no contar con este aceite, puedes usar también de oliva aunque en resultado final no será tan bueno pues el aroma a lavanda no será tan intenso.
El aceite de lavanda es una verdadera maravilla, no te pierdas este vídeo donde se explican sus beneficios.
Ya que las flores están secas, debes triturarlas en un mortero, pero cuidando que no se te pase la mano, pues pueden llegar a perder su esencia. Introduce el aceite de almendras en una olla pequeña y caliéntalo a fuego lento; una vez caliente agrega las flores secas y trituradas dejando la mezcla al fuego entre 2 y 3 horas.
Debes colocar el aceite y las flores trituradas en una proporción de 3 tazas de aceite por cada taza de flores. Si quieres un olor más suave puedes colocar 2 tazas de aceite en lugar de 3.
Por ultimo cuela la preparación y ponlo en un recipiente que tenga tapa. Para conservarlo colócalo en un lugar oscuro para que la luz no lo dañe. Aunque no tiene la misma concentración de los aceites esenciales comerciales, con el puedes hacer jabón, dar masajes o aromatizar tu casa.
Si aún tienes dudas del proceso de elaboración de aceite de lavanda puedes ver este vídeo.
Contraindicaciones de la lavanda.
A pesar de sus múltiples beneficios y grandes cualidades, la lavanda está contraindicada durante el embarazo, pues puede llegar a ser abortivo. De igual manera, no se debe tomar cuando se encuentre en periodo de lactancia o cuando se tenga gastritis, ulcera gastroduodenal o hematuria.
Siempre es importante controlar muy bien las dosis de los preparados que se hacen, pues usando su aceite esencial en proporción de 2 a 4 gotas diluidas en agua entre 2 o 3 veces diarias no hay ningún problema. Sin embargo, en cantidades mayores puede llegar a ser toxico y mortal.
Los primeros síntomas que se pueden presentar en caso de una ingesta mayor de la dosis es excitación del sistema nervioso central, en algunos casos con posibles alucinaciones. Luego de esta primera etapa se pasa a un estado depresivo debido a sus efectos narcóticos.
Durante esta última fase se puede presentar taquicardia y taquipnea, llegando a presentar efectos como cefalea, nauseas, vomito, problemas gastrointestinales, convulsiones y paro cardo-respiratorio.
Consumida el aceite esencial de la lavanda en dosis mayores a 1 gramo puede producir un anestesiamiento general.
Algunas personas con piel sensible o alérgica, pueden presentar una dermatitis al usar aceite de lavanda de manera tópica. Por esta razón es bueno hacer una prueba en una pequeña zona de la piel, puede ser en la parte interna de la muñeca, para así determinar la tolerancia que se tiene hacia la misma.
No se debe usar sobre la piel el aceite esencial de lavanda directamente, debe diluirse o con agua u otros aceites, pues puede resultar muy fuerte.
Significado de la lavanda.
Desde hace muchos años, se ido transmitiendo de generación en generación los significados espirituales y las propiedades de las hierbas. Especialmente en Europa se conocen los beneficios de la lavanda, aunque esta también se siembra en muchos otros lugares del mundo.
Siempre las hierbas son usadas de manera externa en rituales para la limpieza áurica o poniendo ramitas de lavanda fresca bajo las almohadas o sabanas, logrando un tratamiento efectivo contra las pesadillas y una mejora en la calidad del sueño.
Pero en la parte espiritual, la lavanda puede ayudar a la sanación del alma, a encontrar la paciencia y la calma especialmente en los momentos difíciles. También ayuda a abrir la conciencia superior y a liberar los bloqueos mentales permitiendo afrontar miedos ante cualquier circunstancia.
Su color envía un claro mensaje de calma, pues la lavanda representa la pureza, el silencio y la suerte. Sus flores comunican fe y devoción. Además por presentar una tonalidad fría que se mezcla con un aroma suave y agradable, esta flor consigue el equilibrio perfecto entre el yin y el yang ayudando a encontrar nuestra propia fuerza interna, aumentando la conciencia y logrando interiorizar nuestra energía.
No te pierdas este video donde se explican las propiedades mágicas de la lavanda.
Propiedades esotéricas de la lavanda.
Así como se ha dicho mucho sobre las propiedades medicinales dela lavanda, también se puede hablar de su relación y su efectividad con el mundo espiritual, usándose en rituales mágicos de purificación y limpieza del alma, aunque sus principales usos son de protección.
Esta planta es capaz de producir frescura y limpieza, así como también puede aportar sentimientos de honestidad y franqueza, especialmente cuando es empleada en casos de culpabilidad no resulta o cuando se tiene la sensación de dudas aun cuando se tienen diferentes demostraciones de amor por parte de las personas.
También es muy frecuentemente usada en rituales espirituales que buscan alejas las negatividades, mala suerte y el mar humor, favoreciendo la felicidad, el amor, la paz interior.
Si te sientes deprimido o sin fuerzas, basta con usar un perfume a base de lavanda para mejorar en estado de ánimo, además de que podrás ver la vida de forma más serena y realista. Pero esta planta también puede ser usada junto con otras hierbas para aumentar su eficiencia.
En caso de querer aumentar la resistencia al cansancio y la fuerza física, puedes preparar una bolsita pequeña con sus flores y llevarla siempre encima. Además para proteger a tu familia y habitante de tu casa puedes dejar secar un ramo detrás de la puerta principal.